Con el título Agua y jabón. Apuntes sobre elegancia involuntaria.
Este libro es un compendio de aforismos, de notas cortas sobre los más diversos temas. Puede hablar de una persona, un objeto, una comida , una costumbre, lugar, acción nimia o sentimiento, cualquier cosa está en el punto de mira de la periodista.
Son pensamientos cortos plasmados en un bloc de notas. Pinceladas de lucidez sobre cualquier tema, a veces muy cortos a veces más largos.
Mi ternura favorita es ese apodo del hijo pequeño que le oí decir a una madre: «Mi venenillo.»
Lo que me gusta es que la autora no intenta convencerte de sus ideas, solo da su opinión sobre diferentes temas. Una palabra que le encanta, alguna manía que detesta de la gente, un hecho relevante de alguna persona, como ya he dicho, cualquier cosa.
Me recuerda mucho, al típico bloc de notas que muchos hemos tenido y donde vamos dejando este tipo de perlas. A mí me ha animado a recuperar este formato, lo veo muy interesante para poder plasmar pensamientos y poder reflexionar más adelante sobre ellos. Ser un poco más conscientes de nosotros mismos.
Por supuesto es interesante porque está escrito de forma muy elegante y a lo largo de estos pensamientos vas conociendo la forma de pensar de Marta D. Riezu.
Me viene una duda, que ha salido como un destello. ¿Podría una IA entrenada con esta información generar un avatar que coincidiera en gustos y «forma de pensar» con la autora. Esto está muy en la línea de los planteado por Kazuo Ishiguro en Klara y el Sol que reseñé el otro día.
Elegancia, buenos diseños, educación, sobriedad. Aunque l autora es conocida por su conocimiento en moda me gusta exportar estos valores y este gusto por las cosas bien hechas, la excelencia y el saber hacer a otros ámbitos
A continuación dejo una selección de notas que me han interesado.
Notas y citas interesante
El libro lo ha separado en 4 partes, con reflexiones dedicadas a las personas, a los objetos y a los lugares, más un suplemento de afinidades, un glosario de definiciones.
Greenberger empezó a recopilar y publicar en un fanzine conversaciones con los residentes, no como tesoreros del pasado, sino hablando del presente y de lo nimio. Fuera esa condescendencia de qué monos los abuelos y sus batallitas. Cuando uno es mayor deja de existir como individuo. Ya solo forma parte de una mancha informe llamada: los viejos. Greenberger les devuelve su condición de ciudadanos con voz.
Objetos
Habla del libro de Josep Pla de forma recurrente, un libro que claramente le ha influenciado. Sentido común
El quadern gris de Josep Pla es el único libro serio que teníamos en el piso de la playa, y lo releí cada verano de la infancia. El santo patrón del seny individualista. Un libro perfecto. El libro de mi vida, creo.
El amor y la cultura bajo las premisas de Silencio, calma
La cultura y el amor vienen sin garantías. Nadie asegura que si amamos nos amarán, ni que leyendo libros nos volveremos más sabios. Pero no intentarlo es de locos. Para hacerlo, sin embargo, es necesario parar, rodearse de silencio y calma, perder trenes.
Curiosa definición de El infierno, que representa cualquier cosa de la actualidad.
El infierno es un lugar donde todo es moderno, atractivo, fácil y entretenido.
Constancia
La rutina es una lucha constante de puesta a punto. Empezar y concluir una tarea minúscula es un arte infravalorado.
Lugares
Para los amantes de la arquitectura gatuna absurda (culpable), la biblia es Arcatecture. Swiss Cat Ladders, de Brigitte Schuster. Lo pequeño -las ocasionales fugas felinas- como excusa para hablar de lo grande: la importancia de que todos los miembros de una casa sientan que tienen una escapatoria
Jardines, definición y humildad, tesón
Donde hay jardín hay cultura. Hablo de jardines espontáneos, caóticos y honestos, no del dueño que lo quiere todo para ya: arboles crecidos, simetrías gratuitas, césped abyecto, plagas a raya. El jardín es suciedad, paciencia, fracasos y problemas constantes, todo lo que el caprichoso no quiere ni oler.
Me gusta la definición de jardín del antropólogo y filósofo Santiago Beruete, que lo ve como una sofisticada creación intelectual. «Ver crecer lo que plantamos es una de las fuentes de gozo más genuinas. Se podría decir de la experiencia del jardín lo que Epicuro escribió de la filosofía: contribuye a la saludo del cuerpo y del alma. Además, los valores implícitos en la creación y cuidado de un jardín -paciencia, humildad, tesón, confianza- inducen a otras formas de compromiso con la tierra y la sociedad.
Me gustan mucho los jardines, tanto que es un punto a tener en cuenta para visitar en los viajes que hago.
Mi jardinero preferido es uno muy poco ortodoxo. El escritor Umperto Pasti conoció el nombre de Rhuna -norte de Marruecos- en 1998. Por uno de esos misterios administrativos que hay que agradecer, la aldea no aparece en los mapas. El escritor llegó allí después de una larga caminata y se quedó dormido a la sombra de una higuera. Al fondo, el Atlántico. Despertó y pensó: este es el lugar perfecto para un jardín, este es mi lugar. Siguieron los imprescindibles meses de rapto, ese ímpetu que permite acometer una empresa así, el arrebato que divide tu existencia -antes y después- con un tajo.
Arquitectura. Interesante buscar foto de las dos casas que comenta.
La casa más bonita del mundo es La Fábrica de Ricardo Bofill, en Sant Just Desvern. Esto es así, y no hay más, y quien quiera discutirlo se las verá con mis 45 kilos de puro músculo. Allá al fondo veo una mano. ¿Qué? ¿La Casa Malaparte, dice? Sí, muy bella, pero lo que allí es ensoñación y soledad melodramática en La Fábrica es lujuria y vigor. A mí me tira más Bofill
La primera vez que visité Venecia tenía dieciséis años, y miraba sin ver. En cada nueva visita empatizo más con ella, porque me parece una metáfora perfecta de la decadencia de Europa y del hacerse mayor.
En la Catalunya rural, el hermano mayor (hereu) hereda la casa familiar, así como la obligación moral de cuidar de los padres. Si no hay hombres, lo hereda la hermana mayor, la pubilla. Los otros hermanos (cabalers o fadristerns) se ven empujados a empezar negocios propios. Con la concentración del a hereencia en una sola figura se crea a veces animosidad fraternal, pero se protege de la dispersión una propiedad con unidades de producción interrelacionadas (ganado, tierras, pastos, huertos, viñas).
Esto me recuerda al jardinero XXXXX que tiene en Mallorca todas las variedades de higueras
Vicent Todolí cultiva cuatrocientas variedades cítricas en Palmera (Valencia), algunas de las en riesgo de desaparición. La dureza del trabajo se ve compensada por dos hechos. Uno, Todolí ha recuperado sus raíces, en el sentido más literal. Eso ya es una gran fortuna. Dos: vive entre limas, cidras, yuzus y bergamotas. Así como las mañanas oficinistas albergan grandes sentimientos suicidas, dudo que Todolí se despierte alguna vez pensando: «Vaya, a ver de qué humor están hoy en el huerto»
Aquí hay que buscar más información sobre el Laboratorio de las Formas
Luís Seoane e Isaac Días Pardo, que crearon el Laboratorio de Formas
Todo lo genuino parece nacer con una maldición encima, y atrae como un imán a la codicia. Hagan la prueba: creen algo especial. Si prospera lo suficiente, no duden de que en algún momento aparecerá alguien con ideas totalmente equivocadas. Solo les hablará de números. No me malinterpreten: vivan los números y viva el dinero, pero siempre subordinados a las personas, jamás al revés. Si los beneficios se reinvierten en objetivos sociales y culturales, no se pierden: se multiplican. Pero, claro, los accionistas tocan a menos. Y los accionistas suelen ser muy descreídos respecto a los intangibles.
Disciplina
Eton. Elegía por mundos que van desapareciendo. Añoranza de una palabra muy odiada, la disciplina. No hablo de pegar con la regla en la mano abierta, sino de esforzarse en sacar algo adelante por pundonor, no por obligación. La disciplina como antídoto contra la banalidad.
Las escuelas de élite eran refugios de belleza; lugares de diplomacia, crueldad y silencio, lealtad a unos códigos. En ellas se preparaba a los alumnos para dirigir imperios, hoy se les enseña a capitanear grandes corporaciones. Parece una devaluación, pero es lo mismo.
Arte
Hace muchos años tuve mi primera y última crisis vocacional. Pensé: me interesa el arte. El arte, así a lo loco, con la manga bien ancha y sin orden: Velázquez, Turner, Richter, Freud, Sargent, Courbet, Merz, Mendieta, Espaliú, Twombly, Grosz, Barceló, Kerry James Marshall, Palazuelo, Condo, Holzer, Kounellis. Me gustaban hasta los cuadros de La Chunga.
Hay quien viven en el mundo digital, tenga delante una pantalla o no. Internet se ha entrelazado de tal modo en su conciencia que para esa persona ya no es un lugar, sino un modo de habitar la realidad. Para mí sigue siendo un espacio que visito a ratos y que intento que no someta mi lógica. La vida no está en la actualidad. A la Historia le importa un pito la actualidad.
La limpieza no tiene que ver con pasar el mocho, sino con el urbanismo orgánico: lugares de trabajo sanos, viviendas luminosas, agua del grifo de calidad, escuelas y hospitales bien diseñados, cuidado de la naturaleza dentro de la ciudad, calles limpias, actividad física al aire libre, etc
No creo mucho en la división entre alta y baja cultura. La curiosidad debería ser expansiva e incluyente. La única distinción que me interesa es si esa manifestación (ese libro, esa ópera, ese cómic) aceptó modificarse para venderse mejor, o se plantó y salió al mundo libre y como le dio la gana.
Suplemento de afinidades
Distancia. Un factor clave de lo interesante. Lo explica Ingrid Guardiola en «Releer a Debord». El entretenimiento actual nos invita a la inmersión, pero siempre a través de la pantalla, no desde la experiencia directa de las cosas. En la vida real uno detectaría rápidamente el andamiaje raquítico que hay detrás de esa foto, ese vídeo. El distanciamiento propicia que nos creamos ese mundo «fast, precocinado, simplificado, amusant, reconfortante, planificado, irreal y, por todo ello, delirante».
Esceptiscismo. Sánchez-Ostiz: «La capacidad de engañarse a uno mismo es un signo inequívoco de juventud».
Experiencia. Si algo se anuncia como «una experiencia», no vayan.
Listas. Las de El libro de la almohada de Sei Shonagon, o su reinterpretación contemporánea, la maravillosa Encyclopédie capriciesuse du tout et du rien de Charles Dantzig.
Maragall, Joan. La respuesta local al estoicismo del poema «If» de Rudyard Kiplign es su «Elogi del viure«, que define la única catalalindad que me interesa.
Mauriès, Patrick. Interesante cuando escribe sobre moda (Lacroix, Goude, Rykiel, Chanel) y más interesante aún cuando escribe de todo y nada (paseos, trompe-l’oeils, gabinetes de curiosidades, cafeterías italianas, coquillages, bustos, paquebote, velas, niebla, tics ingleses…).
Libros
Libros que menciona y que son interesantes
- Mirar de John Berger y Gustavo Gili
- Ni Fuh ni Fah y otras historias del ancho mundo de Julio Camba
- El quadern gris de Josep Pla
- La utilidad de lo inútil de Nuccio Ordine
- Erewhon, de Samuel Butler
- El Rastro. Historia, teoría y práctica, de Andrés Trapiello.
- Arcatectures
- La práctica de lo salvaje, de Ignacio Fernández Rocafort
- Jardinosofía de Santiago Beruete
- Verdolatría de Santiago Beruete
- Elogio de la sombra de Junichiro Tanizaki
- Orient Express. El tren de Europa, de Mauricio Wiesenthal
- Muerte y vida de las grandes ciudades, de Jane Jacobs
Sobre Marta D. Riezu
No dejo biografía, pero sí cosas interesantes para seguir su obra. He visto que está activa en Instagram y que escribe semanalmente en Elle una sección con aforismos como los del libros
Además ha sacado nuevo libro La moda justa que aunque en principio parece que se aleja de mis intereses quiero echarle un vistazo. Y puedes leer esta entrevista, corta e interesante, referente al nuevo libro
Tareas
Quiero aprovechar su publicación en Elle, para hacer una herramienta que bien genere un feed para poder seguir sus publicaciones o bien entre una vez a la semana escrapee el último artículo y me lo mande vía mail o al ereder en formato epub.