Vivimos en una era de saturación informativa sobre inteligencia artificial. Cada día surgen nuevos modelos, startups y funcionalidades que nos abruman, la mayoría centradas en grandes modelos de lenguaje (LLMs) con usos a veces banales. Sin embargo, existen proyectos que, aunque menos mediáticos, demuestran un uso técnico y práctico de la IA con impacto real. Uno de ellos es Sturgeon.
Conocí este proyecto a través del número de enero de National Geographic, y representa una de las aplicaciones de IA que realmente puede cambiar vidas: un sistema de clasificación de tumores cerebrales durante la cirugía, que combina secuenciación genética con aprendizaje profundo.